Europa hecha jirones

El 9 de mayo, hace dos telediarios, los cónsules y demás personalidades con afán europeísta se daban cita, como ya comenté por entonces, en la plaza del General Torrijos para congratularse de la colocación de una bella a la par que gigantesca bandera azul con estrellitas que, creo, es la que simboliza la Unión Europea.

Quizá como símbolo de las medidas tomadas por el ínclito José Luis Rodríguez Zapatero, aquella tremenda bandera que medía como un minipiso de la ministra Trujillo decidió pegarse su propio tijeretazo. En la Noche en Blanco alguien tuvo el punto cómico de decir que la enseña europea había decidido suicidarse antes que contemplar el fin económico de la Unión.

En estos días en los que Grecia, Portugal y España están pasándolo genial por aquello de los cuartos -hablo de dinero, no del Mundial de fútbol-, ese trozo de tela quiso tomar vida propia y engancharse al foco que ilumina artísticamente la fuente de las Tres Gracias -éstas con la 'cápita' en su sitio- para dejarse ir al otro mundo, al cementerio de las banderas, allí donde descansan las de la Confederados americanos, la de la URSS u otras con un pasado glorioso pero un presente casi inexistente.

No, tampoco hay que ser tremendistas... total, por un 'cacho' de tela. Pero me asaltan, al respecto, multitud de dudas. ¿Hemos dejado de ser europeos los malagueños? ¿Habrá que hacer otra quedada de políticos para decir lo guapos y lo europeístas que somos colocando otra bandera? Quién sabe, a lo mejor acaban denunciándonos por no tomarnos en serio los símbolos de una institución que cada vez menos gente se toma en serio.

Sea lo que fuere, está claro que si nos vamos a la reducción al absurdo, cualquier ciudadano que pase por la plaza del General Torrijos y mire al foco altísimo que da luz a la fuente podrá decir sin lugar a equivocarse la lapidaria frase: "En Málaga, Europa está hecha jirones". Descanse en paz, santa bandera.

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