Yo no soy Juan Martín Serón

Si fuera militante del PP en Málaga no tendría más que defender al alcalde de Alhaurín el Grande, Juan Martín Serón. Si fuera militante socialista en la provincia atacaría a la dirección de los populares por permitir que un alcalde relacionado con casos de delitos urbanisticos fuera el cabeza de lista. Lo de Martín Serón es como la cabeza visible de un sinfín de casos de alcaldes salpicados por las aristas de los ladrillos de la construcción salvaje de los últimos años.

Ni soy militante de uno ni de otro. Pero soy malagueño y estas cosas me tocan la fibra. Muy seguros deben estar los populares para sacar adelante una campaña con un lema tan tajante como ese que dice "yo también soy Juan Martín Serón". Pues mire usted, Juan Martín Serón, para bien o para mal, sólo hay uno. Que Alhaurín ha avanzado mucho bajo su mandato no lo puede discutir nadie, pero que la sombra de la corrupción y el trinqueo es alargada lo dudan pocos.

Lo que me llama especialmente la atención es el férreo cierre de filas que lleva hecho la dirección provincial del PP en torno a Juan Martín. Muy clara han de tener su inocencia para hipotecar la credibilidad del partido. Además, el secretario general provincial de los populares, Francis Salado, afirma y se reafirma en que Serón es inocente, que no hay pruebas suficientes, dice. Sin embargo, al ciudadano todo esto le da que pensar. Un malicioso analista de la actualidad, por burdo que sea -como es mi caso-, cae rápido en la generalización fácil del "si el río suena, agua lleva". Es verdad que hay que dejar que la justicia siga su camino, pero aquí la oposición tira de manual y se queda con el "difama, que algo queda".


La cosa es que el Caso Troya puede tocarle la silla a Martín Serón, aunque parece que Alhaurín es feudo popular per saecula saeculorum. El tiempo nos dirá en que queda todo esto, pero que tengan cuidado los alhaurinos, que entre palmera y palmera se le puede colar un caballo y descargar todo un ejército de picudos rojos...

Málaga vagabunda

Málaga, excandidata a Capital Cultural Europea, se presentó ante el jurado europeo con un vídeo para defender la candidatura. El susodicho 'recurso audiovisual', por llamarlo de una manera cultural, moderna y bonita, es una auténtica obra de arte conceptual y visual. Vamos, me imagino que en eso creería el autor del mismo, porque yo sigo sin encontrarle el sentido por más que lo veo.

Hay un grave problema de concepto en el vídeo. Málaga parece un gran solar, una ciudad después de una guerra. Nada del Solar del Paraíso del que tantas fotografías hemos podido ver. Un solar gigante, lleno de escombros sin nada que ofrecer más que un tipo tocando la guitarra. Hasta el punto en que empiezan las palmas. Málaga, al parecer, es ahora defensora del flamenco, aunque no se apueste por él por falta de presupuesto provincial.

Cuando empiezan las palmas Málaga empieza a reconstruirse virtualmente: espacios escénicos, una ciudad viva para la cultura (pero no aparece gente), muchos colorines sobre el blanco y negro del vídeo. Mucho modernismo respira el dicho recurso audiovisual. El tema es que los autores presentan a una Málaga vagabunda, pedigüeña, pobre, sin nada que ofrecer. Málaga aparece como una pobrecita necesitada de subvenciones europeas para arreglar su centro y rehacer edificios demolidos por el paso de los tiempos y los urbanistas.

En definitiva, el vídeo que presentó Málaga como defensa de la capitalidad cultural viene a ser ese hombre barbudo, despeinado, con las ropas raídas y el cartón de vino que tantas veces podemos ver paseando por las calles del centro. Málaga, según mi punto de vista de inexperto, no presentó una propuesta, se enfrentó al jurado con una petición. Es verdad, a toro pasado todo es más fácil, pero como ciudadano tengo el mismo derecho al pataleo que cualquiera. Y lo digo, sin ambages ni segundas interpretaciones: con ese vídeo no íbamos a ningún lado. 

El rociero gana a la malagueña

Tomás Gómez, ese tipo con patillas de caballista rociero le ha pegado un repaso a la malagueña Trinidad Jiménez en las primarias del PSOE en Madrid. Trini, esa mujer con acento casi canario se ha pegado el batacazo premonitorio del principio del fin de la era Zapatero. Ella, Trini, pensaba que lo tenía todo ganado siendo hija política del gran jefe de la tribu. Pero Madrid no entiende de tribus, ni de etnias ni de nada, sólo de democracia interna.

Viejos socialistas madrileños como Joaquín Leguina tienen que estar frotándose las manos. Incluso Rosa Díez puede empezar a pensar que se precipitó en fundar su UPyD. Zapatero no iba a ser eterno y esto es una muestra clara de la debilidad del liderazgo unipersonal que ha ejercido el presidente del Gobierno. En realidad, los que peor quedan en todo esto son Pepe Blanco y Leire Pajín, ¿cómo van a tener fuerza ahora para mandar en el partido si el primero que llega les mete un gol por la escuadra? Ojo a Tomás Gómez, que como sepa usar sus armas puede llegar lejos, muy lejos. Hasta el momento está manejando los tiempos mucho mejor que aquellos a los que tiene por encima en el organigrama del partido. Con sentido común puede llegar lejos...

Es curioso, si extrapolamos todo esto a las provincias, ver como el zapaterismo -o el chavismo en su defecto- parece que está de capa caída. Zapatero, revestido de Trinidad Jiménez, chaqueta de cuero y melena rubia, se ha pegado la gran ostia perdiendo en Madrid. ¿Qué habría pasado si en Málaga se hubieran celebrado unas primarias? Probablemente habría ganado María Gámez, o no. Quizá Trillo hubiese movilizado las bases como ha hecho Gómez en Madrid. El mensaje habría sido tan simple como hacer correr la voz de que Zapatero es un cadáver político y optar por el cambio. ¿Es Griñán un cadáver político? Pepe: cuando las barbas de tu vecino veas cortar...

Griñán no se tendrá que enfrentar tampoco a unas primarias. Por un lado eso que nos ahorramos los andaluces. No tendremos que soportar lo cansino de aguantar a todas horas una lucha intestina en el PSOE. Ya la estamos 'sufriendo' con la insistencia de Trillo en Málaga. Parece que al ex delegado de Medio Ambiente la jugada le está saliendo bien y va a llevar al partido ante los tribunales. Pero Pepe no quiere follones y se ha blindado la candidatura a presidente de la Junta de Andalucía. A veces pienso que en nuestra comunidad autónoma, si a los socialistas se le ocurriera poner una inanimada barra de carbono como candidata ganarían las elecciones y ésta sería presidenta de la Junta.