Reportajes de Feria (II)
TRAS LA ESTELA DE HEMINGWAY
Peñas taurinas de Estados Unidos visitan Málaga para conocer la ciudad en fiestas
18 de agosto
F.J. CRISTÓFOL / Málaga
De un tiempo a esta parte, muchas mujeres se visten utilizando complementos taurinos, las famosas manoletinas, llaveros con machos –que son las borlas que cuelgan de los trajes de los toreros– o bolsos con los colores del capote o la muleta. Es algo que es muy habitual sobre todo en Andalucía. Pero, ¿qué pensarán en Estados Unidos al ver a una señora con un bolso con los colores de la muleta colgando del brazo? Seguramente nadie sepa qué significa.
La afición estadounidense no es especialmente numerosa, pero existe. Lore Monnig es la presidenta del New York City Club Taurino (NYCCT), que forma parte de la National Association of Taurine Clubs of the United States of America (NATC). Los neoyorquinos han sido los encargados de organizar la convención anual de la NATC, y han elegido Málaga para conocer la ciudad durante las fiestas y así poder ver una de las mejores ferias taurinas del Mediterráneo.
Monnig visitó Málaga hace años, y de entonces recuerda que «era otro ambiente, ahora es más serio, lo cual es bueno». Con un español casi perfecto, Monnig se dirige a todos los curiosos que le preguntan por su procedencia. Este año los abonados a La Malagueta son más de 5.500, y entre ellos se encuentran estos 27 estadounidenses: «Tenemos los mejores sitios de la plaza, tendido de sombra, en el 7», asegura la presidenta del NYCCT.
La NATC se fundó en 1963, y poco a poco fue creciendo. A Málaga han llegado 10 asociaciones desde distintos puntos de la geografía estadounidense. Además del NYCCT, desde California han venido tres clubes, uno de San Francisco, otro de Chula Vista y Los Aficionados, de Los Ángeles. También Chicago (Illinois) está representado por dos peñas, como Florida. Y desde Texas han llegado representantes de la peña Barrera Taurina, de El Paso.
Conociendo la cultura de Estados Unidos, sólo hace falta escuchar cómo cuentan sus actos sociales para imaginárselos. Los Aficionados de Los Ángeles celebró el 60 aniversario de su fundación con una «elegante cena y posterior baile», según narran los que han venido a Málaga. Pero en Nueva York no le van a la zaga y son famosas las cenas de gala a las que acuden grandes figuras del toreo como Enrique Ponce o Joselito.
Málaga es la sexta ciudad española que visitan. Normalmente celebran la convención anual en alguna ciudad española o mexicana, y el año pasado escogieron Logroño. «Allí no nos recibió el alcalde. Aunque lo conocimos, no es como aquí. El turismo en el sur está mucho más organizado», aseguró Lore Monnig. El alcalde, Francisco de la Torre, dedicó unas palabras a los aficionados y les hizo saber que «gracias a la afición a los toros existen muchos lazos de unión entre la cultura hispana y la estadounidense. Y también gracias a Hemingway, que trasladó sus conocimientos a aquel país». De la Torre entregó una medalla de la ciudad a cada uno de los aficionados, y éstos correspondieron entregando la medalla de honor de la NATC al alcalde, que brindó «por dos grandes países, Estados Unidos y España».
Hoy, los estadounidenses tienen un día completo de actividades. Por la mañana tendrán una visita turística a la ciudad, antes de los toros repondrán fuerzas en el restaurante Doña Pepa, cerca de la plaza de toros, y por la noche, después de ocupar sus asientos en el tendido 7, a disfrutar del Real de la Feria.
Sin duda, ser aficionado a los toros en Estados Unidos es algo caro. La convención anual es una celebración por todo lo alto. Al billete de avión desde las ciudades de origen (un mínimo de 600 euros), hay que sumar los gastos en la ciudad, que no son pocos. Un abono en el tendido 7 de La Malagueta cuesta 513 euros, y el alojamiento durante 10 noches en el hotel Málaga Palacio supera también los 600 euros, además de los gastos personales.
El domingo tomarán el camino de vuelta a casa y contarán a sus compañeros sus vivencias. Sus amigos, los que no son aficionados, tienen una concepción muy variada del toreo, como comenta Lore Monnig: «Hay mucha gente que tiene un concepto muy romántico del toreo, aunque no lo conozcan han visto películas como Sangre y arena. Después hay otros que dicen que es algo horrible… pero se comen sus bistecs».
Peñas taurinas de Estados Unidos visitan Málaga para conocer la ciudad en fiestas
18 de agosto
F.J. CRISTÓFOL / Málaga
De un tiempo a esta parte, muchas mujeres se visten utilizando complementos taurinos, las famosas manoletinas, llaveros con machos –que son las borlas que cuelgan de los trajes de los toreros– o bolsos con los colores del capote o la muleta. Es algo que es muy habitual sobre todo en Andalucía. Pero, ¿qué pensarán en Estados Unidos al ver a una señora con un bolso con los colores de la muleta colgando del brazo? Seguramente nadie sepa qué significa.
La afición estadounidense no es especialmente numerosa, pero existe. Lore Monnig es la presidenta del New York City Club Taurino (NYCCT), que forma parte de la National Association of Taurine Clubs of the United States of America (NATC). Los neoyorquinos han sido los encargados de organizar la convención anual de la NATC, y han elegido Málaga para conocer la ciudad durante las fiestas y así poder ver una de las mejores ferias taurinas del Mediterráneo.
Monnig visitó Málaga hace años, y de entonces recuerda que «era otro ambiente, ahora es más serio, lo cual es bueno». Con un español casi perfecto, Monnig se dirige a todos los curiosos que le preguntan por su procedencia. Este año los abonados a La Malagueta son más de 5.500, y entre ellos se encuentran estos 27 estadounidenses: «Tenemos los mejores sitios de la plaza, tendido de sombra, en el 7», asegura la presidenta del NYCCT.
La NATC se fundó en 1963, y poco a poco fue creciendo. A Málaga han llegado 10 asociaciones desde distintos puntos de la geografía estadounidense. Además del NYCCT, desde California han venido tres clubes, uno de San Francisco, otro de Chula Vista y Los Aficionados, de Los Ángeles. También Chicago (Illinois) está representado por dos peñas, como Florida. Y desde Texas han llegado representantes de la peña Barrera Taurina, de El Paso.
Conociendo la cultura de Estados Unidos, sólo hace falta escuchar cómo cuentan sus actos sociales para imaginárselos. Los Aficionados de Los Ángeles celebró el 60 aniversario de su fundación con una «elegante cena y posterior baile», según narran los que han venido a Málaga. Pero en Nueva York no le van a la zaga y son famosas las cenas de gala a las que acuden grandes figuras del toreo como Enrique Ponce o Joselito.
Málaga es la sexta ciudad española que visitan. Normalmente celebran la convención anual en alguna ciudad española o mexicana, y el año pasado escogieron Logroño. «Allí no nos recibió el alcalde. Aunque lo conocimos, no es como aquí. El turismo en el sur está mucho más organizado», aseguró Lore Monnig. El alcalde, Francisco de la Torre, dedicó unas palabras a los aficionados y les hizo saber que «gracias a la afición a los toros existen muchos lazos de unión entre la cultura hispana y la estadounidense. Y también gracias a Hemingway, que trasladó sus conocimientos a aquel país». De la Torre entregó una medalla de la ciudad a cada uno de los aficionados, y éstos correspondieron entregando la medalla de honor de la NATC al alcalde, que brindó «por dos grandes países, Estados Unidos y España».
Hoy, los estadounidenses tienen un día completo de actividades. Por la mañana tendrán una visita turística a la ciudad, antes de los toros repondrán fuerzas en el restaurante Doña Pepa, cerca de la plaza de toros, y por la noche, después de ocupar sus asientos en el tendido 7, a disfrutar del Real de la Feria.
Sin duda, ser aficionado a los toros en Estados Unidos es algo caro. La convención anual es una celebración por todo lo alto. Al billete de avión desde las ciudades de origen (un mínimo de 600 euros), hay que sumar los gastos en la ciudad, que no son pocos. Un abono en el tendido 7 de La Malagueta cuesta 513 euros, y el alojamiento durante 10 noches en el hotel Málaga Palacio supera también los 600 euros, además de los gastos personales.
El domingo tomarán el camino de vuelta a casa y contarán a sus compañeros sus vivencias. Sus amigos, los que no son aficionados, tienen una concepción muy variada del toreo, como comenta Lore Monnig: «Hay mucha gente que tiene un concepto muy romántico del toreo, aunque no lo conozcan han visto películas como Sangre y arena. Después hay otros que dicen que es algo horrible… pero se comen sus bistecs».
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