Reportajes de Feria (I)

¡QUE EL RITMO NO PARE!
Los pinchadiscos levantan el ánimo en la feria con temas de Macaco o Lady Gaga
17 de agosto
F.J. CRISTÓFOL / Málaga

Please don´t stop the music. Muchos malagueños parecen tener en mente esas palabras; «¡Que no acabe la música!». De la Feria del Centro a la del Real sin parar, pero siempre con música. De hecho, la canción de Rihanna es una de las que más fuerte está pegando en las fiestas. Y, claro, para que esto funcione hace falta que alguien esté detrás de las máquinas: los Dj´s, currantes de la feria que se encargan de que el ritmo no pare.

Discjockeys, pinchadiscos o como les quieran llamar, lo cierto es que pasar la feria levantando ánimos desde detrás de la barra o una torreta es, cuanto menos, una mirada distinta y especial de la gente que se mueve por los recintos feriales. Pero los Dj´s tienen algo de magos y, muchas veces, se saben adelantar a los deseos de los locos del baile.

Las casetas del Real cuidan mucho los estilos musicales. Uno sabe dónde no va a escuchar reggaetón o adónde ir para evitar escuchar alguna rumba de Siempre Así, pero de lo que nadie se libra es de los grandes clásicos, como Raffaella Carrà y su archifamoso Para hacer bien el amor, que desata los más básicos instintos de los feriantes y se desgañitan en espectaculares ceremonias de apareamiento.

La Espiga es uno de esos reductos en los que no hay problema en mezclar a Lady Gaga y su Pokerface con Seguridad Social y Chiquilla o un poquito de flamenco. Su Dj sabe lo que hace «son muchos años con un estilo. La gente que viene a esta caseta sabe lo que quiere y sabe qué música se va a encontrar».

En la misma zona, la caseta de El Portón estrenaba un Dj de lujo, Javier Arquimbau, uno de los más populares y solicitados en Málaga. La caseta de la peña El Portón es un estilo peculiar, en la que se unen jóvenes de 24 años con personas de más de 50. «Esta es una caseta donde todo se baila, es un ambiente elegante y sofisticado y es muy agradecido. Aquí caben desde sevillanas y rumbas a lo más actual».

Este tipo de casetas se prestan mucho al pachangueo y la música comercial, de ahí que Macaco sea de lo más bailado en estos primeros días de Feria. «Este ambiente también agradece mucho los grandes éxitos de otros veranos, incluso otra música que en otros sitios estaría fuera de lugar como Alaska y Dinarama o Paloma San Basilio. Es un gustazo», asegura Arquimbau.

Son muchos años de profesión los que lleva a las espaldas, por eso Arquimbau tiene muchos ases en la manga: «Tengo un show que varía un poco, pero la esencia no cambia. Por ejemplo, cuando ves que esto se viene abajo hay temas que te revolucionan un poco, como Paquito el Chocolatero. Pero por ahora no he tenido que utilizarlo. Este año la gente tiene muchas ganas”.

Con más de ocho horas seguidas de trabajo, los pinchadiscos pueden cobrar entre 100 y 300 euros diarios, dependiendo de la caseta. Más que sufrido, el trabajo del encargado de la música requiere estar toda la noche en guardia, un solo error puede hacer que la caseta se desinfle y en cuestión de dos canciones mal colocadas se pueda ir al traste la noche.

Entrar en una caseta y escuchar algún tema movido de Black Eyed Peas es un valor seguro. El pinchadiscos de la caseta de Amigos de Siempre Así –uno de los bares históricos del Centro, desaparecido hace un par de años–, Nacho Gutiérrez, tiene la clave para que la fiesta no decaiga: «El tema está en que sean las chicas las que bailen, no por machismo, sino porque tienen el ritmo, y si ellas bailan, la caseta se viene arriba».

Para Gutiérrez hay algunos clásicos que siempre piden y que no pueden faltar, como Miguel Bosé, Paulina Rubio o Shakira, garantía de baile y ritmo para que la fiesta vaya perfecta hasta la hora del cierre de la caseta. «La gente pide casi siempre lo mismo, las canciones de siempre y luego una selección de las cosas nuevas que salen en verano, como Macaco o Lady Gaga, que este año pegan fuerte».

En los bares del Centro, en las casetas del Real y, por supuesto, el resto del año, los Dj´s son esos vigilantes que siempre están atentos de que el ritmo no pare, como cantaba Patricia Manterola en aquel hit veraniego. La feria no sería lo mismo sin alguien que se encargara de poner un poquito de orden en la música.

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