E-book, ¿el futuro?

¿Es el e-book el presente o el futuro del libro? Años ha que escuchamos que el e-book salvará a miles de árboles de ser talados -aunque la industria del papel no sea una maffia descontrolada, sino un negocio con especiales limitaciones-, que será toda una revolución, que todo cambiará... Sin duda es un invento genial: cientos de libros en una tablilla electrónica. Algo casi mágico.

Sin embargo, siempre quedaremos románticos como Jesús Nieto, Cisco Oliva o yo mismo que, pese a car en la inevitable telaraña tecnológica, seguiremos abrazándonos al especial momento de abrir por primera vez las páginas de un libro, oler el papel, reconocer en el canto el corte del papel, avanzar y retroceder en la historia para engañarnos sobre lo que más adelante ocurrirá o, simplemente, porque creemos que Marsé, Bécquer o Pérez Reverte nos odiarían por ver que estamos leyendo en una fría tablilla.

Quizá, después de esto mi amiga Ana Belén, de Artgerust, me matará, así que me desquitaré en su favor. Es atractivo tener un gadget más, una creación genial que facilite la lectura, que permita pasar de página 'Los Pilares de la Tierra' o 'Los Miserables' sin sufrir una luxación. Genial, pero ¿a costa de qué? Llámenme rancio, me gusta. Situarme frente al desarrollo me hace creer que soy uno de esos luditas decimonónicos que se encargaban de destrozar maquinaria. Sin embargo, me diferencia de ellos que yo sí sé que el e-book acabará por despegar.

Hace unos días, en el Metro de Madrid, me encontré con al menos cinco personas que leían libros electrónicos. En pocos años, cuando los precios bajen, el e-book nos invadirá como lo hizo el mp3. La cultura llegará en forma de industria. Está claro, soy un inmovilista... pero es que a mi me gusta manchar los libros con café, hacerme heridas pasando la página -sí, además de inmovilista soy torpe-.

1 Response to "E-book, ¿el futuro?"

  1. Kialaya says:

    Yo creo que una cosa no está reñida con la otra. Me acaban de regalar un e-reader por Navidades y aunque lo estoy usando mucho también sigo disfrutando de los libros en papel y me he comprado alguno.

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