Eutanasia de pelotas

El Club Baloncesto Málaga está moribundo, ¿no se han dado cuenta? A la ya anunciada muerte de éxito desde el punto de vista del márketing, estamos asistiendo a la lenta defunción del estandarte del deporte de élite de la ciudad. El largo proceso de fagocitación identitaria que se ha dado entre el club y Unicaja parece desembocar en un inevitable y pacífico final, en una eutanasia baloncestística, o una eutanasia de pelotas. Una muerte tranquila, adobada con grandes dosis de pasotismo y proyectos con más ilusión que cabeza. Hay quien achaca esta desgraciada muerte a la futura y posible fusión de cajas de ahorros, aunque también estamos los que pensamos y bien y creemos que sólo hay una mala planificación de la plantilla de unos años acá.

No se trata de entrar en los nefastos resultados del equipo esta campaña, ni siquiera de discutir que sea terrible que el Club Baloncesto Málaga ande mendigando, por segundo año consecutivo, una plaza en la Copa del Rey, a la que muy dificilmente acudirá este año, sólo si algún milagro lo remedia. Es complicado justificar el proceso de empeoramiento del paciente, el C.B. Málaga va camino de morir en silencio, de dejarse llevar y pasar de la gloria a la medianía sin muchos pasos intermedios... De la Liga de 2006 a la Final Four de Atenas de 2007 a no clasificarse para la Copa de 2010 y camino de no hacerlo para la de 2011.

Es difícil soportar ver como el Unicaja va hundiéndose en su propia gloria. ¿Qué hace falta para que el Baloncesto Málaga resurja? Pues, probablemente, mucho más que mover fichas dentro del organigrama de la organización. Seguramente haga falta mucho más que cambiar de presidente por las buenas, sobre todo si es sólo un acto de cara a la galería más que una voluntad de mejorar. A Eduardo García, actual presidente, le ha tocado bailar con la más fea, como le podría haber tocado a cualquier otro... 

El básquet de Málaga necesita mucho más que vivir de temporeros, de jugadores sin categoría contrastada... Unicaja se quedó en el camino de continuar siendo uno de los grandes en España junto a Madrid, Barça o Baskonia, para unirse al grupo de los segundones que actúan de comparsa en una ACB cada vez más lejana para los malagueños. No nos llamemos a engaño, el Top 16 podrá ser un objetivo importante, pero ¿es creíble que el C. B. Málaga esté entre los 16 mejores de Europa y no entre los 8 mejores de España? Complicado de creer.

Soluciones habrá, sobre todo para un público que parece que se está hartando de la mediocridad y que ha dado la espalda silenciosamente a su equipo, ¿qué hay de aquél "Málaga llena su Palacio"? Cada vez es más fácil ver asientos vacíos en el Carpena, algo achacable a la falta de ilusión de los proyectos que en los últimos años se han presentado desde el club. El baloncesto en Málaga tiene demasiada historia como para dejarlo morir. No hagamos, como tantas veces se ha hecho en Málaga, oídos sordos ante un paciente que pide auxilio a gritos. Málaga necesita básquet al más alto nivel, no lo matemos nosotros mismos...

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