La Liga de la amiga
Benito Moreno es uno de esos compositores de una canción que pasa a la historia. No se ha escuchado en discotecas, ni siquiera creo que haya vendido muchos discos, de hecho creo que nadie lo conoce así por las buenas. A ver si con un poquito de "Por Dios, hombre, que la liga que se le cae a tu amiga no es la liga de futbol -así, sin tilde-, no es la liga de futbol que se pierde con un gol. Ra, ra ra". Efectivamente, la sintonía de El Larguero, pura lírica la de Benito Moreno, cuasi poeta.
La Liga de la amiga es, en esta ocasión, la Liga del marido de la amiga. No, no estamos ante un ejercicio de travestismo, sino ante un ejercicio de ingeniería financiera -así es como gusta llamar eufemísticamente a los supuestos 'mangazos'-. Hay quien se encarga y se empeña en desprestigiar las investigaciones sobre el citado escándalo de las subvenciones que la Delegación de Amparo Bilbao ha otorgado a la Liga Malagueña -con familiares de Bilbao, entre ellos su marido, Joaquín Perea-.
Si antes hablé de Manuel Marmolejo, lo del ex edil es 'pecata minuta' al lado del 'tinglao' que han montado los papis del niño cantautor de El Atabal. Lo de los Perea Bilbao uno se lo imagina como una escena caricaturesca: Bilbao firmando subvenciones mirando a otro lado y silbando, mientras Perea recibe, a manos llenas, el taco gordo -que dirían Los Morancos-.
La gran diferencia es que Manolo Marmolejo dijo eso de la Duquesa de Alba: "Yo no se nada", pero el alcalde le enseñó la puerta y, con supuesta dignidad, éste no tuvo más que cogerla. En el caso de la familia Perea Bilbao, el PSOE está montando un espectáculo al más puro estilo de la propaganda cutre salchichera de república bananera, inventando actos de apoyo que niegan los datos que Marga García, periodista de El Mundo Málaga, ha sacado a la luz con una base documental incontestable. Como dirían los compadres de Mundo Ficción: Eso es así.
Bilbao y Perea está como las pilas y el conejito: duran y duran y duran. No han salido del negacionismo inicial, no han reculado ni han acatado lo que no tiene contestación. Al final va a resultar que para algunos uno más uno si va a ser siete. Todo esto tiene un tufillo casposo, como aquella serie de principios de los noventa, donde Antonio Resines -padre en la ficción de Fran Perea en Los Serrano- hacía de mudo en 'Los ladrones van a la oficina'. Claro, se puede dar un aire, pero sin Mabel Lozano... y sin gracia.
Lo dicho: ¡Que eso no se toca!
La Liga de la amiga es, en esta ocasión, la Liga del marido de la amiga. No, no estamos ante un ejercicio de travestismo, sino ante un ejercicio de ingeniería financiera -así es como gusta llamar eufemísticamente a los supuestos 'mangazos'-. Hay quien se encarga y se empeña en desprestigiar las investigaciones sobre el citado escándalo de las subvenciones que la Delegación de Amparo Bilbao ha otorgado a la Liga Malagueña -con familiares de Bilbao, entre ellos su marido, Joaquín Perea-.
Si antes hablé de Manuel Marmolejo, lo del ex edil es 'pecata minuta' al lado del 'tinglao' que han montado los papis del niño cantautor de El Atabal. Lo de los Perea Bilbao uno se lo imagina como una escena caricaturesca: Bilbao firmando subvenciones mirando a otro lado y silbando, mientras Perea recibe, a manos llenas, el taco gordo -que dirían Los Morancos-.
La gran diferencia es que Manolo Marmolejo dijo eso de la Duquesa de Alba: "Yo no se nada", pero el alcalde le enseñó la puerta y, con supuesta dignidad, éste no tuvo más que cogerla. En el caso de la familia Perea Bilbao, el PSOE está montando un espectáculo al más puro estilo de la propaganda cutre salchichera de república bananera, inventando actos de apoyo que niegan los datos que Marga García, periodista de El Mundo Málaga, ha sacado a la luz con una base documental incontestable. Como dirían los compadres de Mundo Ficción: Eso es así.
Bilbao y Perea está como las pilas y el conejito: duran y duran y duran. No han salido del negacionismo inicial, no han reculado ni han acatado lo que no tiene contestación. Al final va a resultar que para algunos uno más uno si va a ser siete. Todo esto tiene un tufillo casposo, como aquella serie de principios de los noventa, donde Antonio Resines -padre en la ficción de Fran Perea en Los Serrano- hacía de mudo en 'Los ladrones van a la oficina'. Claro, se puede dar un aire, pero sin Mabel Lozano... y sin gracia.
Lo dicho: ¡Que eso no se toca!
Lo siento, pero ésta sí que no la paso, porque acabas de blasfemar el buen nombre de una profesión bastante digna: Cantautor? Venga ya! actor y mucho que es... :P