Rememorando...

Hoy he me he reencontrado con un trabajo que hice hace más de un año para el máster de El Mundo. Se trataba de escribir una serie de cartas. La que menos recordaba, pero más me ha llamado la atención, es esta que os pongo:

Hola Juan:

Pasan los años, pasa la gente, pasan los reyes, los obispos, los gobernantes, los políticos… pasan todos. Sin embargo, esa asquerosa aversión entre los españoles jamás pasará. Desgraciadamente, querido amigo, este bendito país al que tanto amamos está muy lejos de ser la patria de la que nos hablaban aquellos charlatanes. Quizá seamos demasiado idealistas, pero me temo que de aquella guerra fratricida que separó a nuestras familias aún queda mucho.

Tu abuelo luchó con la república. Sin tener mayor idea, ya ves. ¡Él votó a la CEDA! Era de derechas, pero luchaba por un gobierno que pudieran elegir todos. Mi abuelo luchó con los nacionales por una mujer. No tenía ni idea de política. Salió del campo con los ideales de un tal José Antonio, sindicalista de izquierdas, al que la derecha de la época robó su simbología para formar una de las dictaduras más sombrías e infructuosas de cuantas se han sufrido en el mundo. Todas lo son, me dirás. Sí, todas lo son, pero ¿acaso Miguel Primo de Rivera no dio un sistema de educación pública, una red de carreteras mejorada, mejor sanidad…?

Al menos hoy no tenemos dictadura, al menos hoy somos aparentemente libres. Sí, aparentemente. Tú, hoy, eres preso de tu partido. Vistes con trajes hechos a medida, combinas perfectamente las camisas en tonos rosa con las corbatas en tonos azulados. En la solapa de tu chaqueta tienes prendido un albatros a juego con la corbata. Yo sigo como antes, con mis rebecas de lana de colores, con esos pantalones anchos que me legó aquel idealista que era mi padre en mayo del 68.

Nuestros abuelos no escucharon la radio durante la posguerra. Todo aquello era una farsa. La comunicación unidireccional. Todo sigue igual. Tienes donde elegir, pero la comunicación sigue siendo unidireccional. La diferencia es que hoy la oposición no es ilegal. Algo hemos avanzado amigo. Los tiros hoy no se pegan en las colinas, sino en los diarios, en las radios, en las televisiones. A través de los medios se encienden a las bases, se divide.

Ya lo dijo Machado: "Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón". Tiempo después, Ana Belén y Víctor Manuel decían eso de "España camisa blanca de mi esperanza, a veces madre, siempre madrastra", o los Héroes del Silencio cantaban aquello de "Entre dos tierras estás, y no dejas aire que respirar". Hoy hay dos Españas, como las hubo en la Guerra de Independencia, como las hubo con Cánovas, como las hubo en las dos repúblicas, como las hubo con Franco...

Las dos Españas de hoy son igual de fratricidas y están encendiendo desde los medios: sólo hay que comparar a Federico Jiménez Losantos con María Antonia Iglesias; a César Vidal con Enric Sopena; a Ian Gibson con Pio Moa… Así podría seguir. Ya lo sabes, jamás he sido partidario de nadie, y menos ahora. Esta España dividida nos perseguirá siempre, desgraciadamente a nadie le interesa que cambie. Así no cambiarán el techo de este tinglado que, por cierto, cada vez está más enmerdado.

Te saludo, y espero tu visita aquí, en mi exilio voluntario, en tierra de nadie. Un fuerte abrazo de tu amigo.

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