¡Vuerve Maleni!

Manué, malaguita de Mangas Verdes, estaba en la fila de la María Zambrano camino de su vagón. En la mano el billete de Ave para Madrid. Tarifa Estrella, clase Turista, un chollazo que le había conseguido su hija por el ordenador. Al más puro estilo Paco Martínez Soria, Manué llevaba consigo una maletilla con poca cosa, lo justo para ir a Madrid a hacer unos papeles estúpidos y volver en el día.

Cuando acabó su cola, le dijeron el vagón al que había de dirigirse. En la puerta ponía que era un vagón de Preferente. Se metió buscando al revisor, pero le atendió una azafata, morena, joven y guapa. Ésta le explicó que por algunos motivos, él iba a viajar en clase turista, pero en un vagón de preferentes. "¿Pero me dan de comer o algo?", "No, para eso vaya al vagón 6, el de cafetería". Entre contento y contrariado Manué fue camino de su asiento, donde había un azafato, o como demonios se llamen ahora, que había recibido señales de su compañera para echarle una mano. Le había tocado el asiento de la ventana, sin nadie al lado. "Menos mal, sin nadie que me dé palique. Así me duermo".

Los ostentosos sillones de cuero negro hacía que Manué (y los demás ocupantes del vagón) se sintieran como reyes. Cuando estaba todo el mundo sentado, la misma azafata que le había ayudado comenzó, con esa voz característica, con la tradicional cantinela: "¿Auriculares?". Cuando ésta iba por la fila tercera, otra voz se unió al concierto: "¿Revista Paisajes?", y así, como un canon a dos voces, Manué acabo por hartarse del martilleo y en cuanto le llegaron los auriculares se los puso. "¡Coño, qué incómodos!", pensó. Probablemente fuera la tercera o la cuarta vez que escuchaba música clásica.

Medio dormitaba cuando la pantalla de la televisión cambió, empezó a buscar el canal del sonido para escuchar lo que decía el vídeo que tenía enfrente. "Ministerio de Fomento. Gobierno de España". Todo lo que veía le sonaba: el aeropuerto, con un render que mostraba la ampliación; una megaproyecto de autopista en Las Pedrizas; ¡hasta el tren en el que estaba subido! Todo eso y mucho más era obra de un ser superior, extra ordinario (sí, separado). ¿Un consejero? ¿una delegada? ¡No! SúperMaleni.

Indudablemente, Manué estaba encantado con lo precioso que era el vídeo, con lo bonito de ver esa Málaga "der futuro" dentro de la Andalucía imparable. No se tomó a mal la propaganda, pese a que fuera época electoral, el ya sabía a quien iba a votar. Así que se dejó embaucar por unos logros que, gilipolleces aparte, Málaga no habría conseguido sin su ministra. Le pese a quien le pese. Si González llevó, por su obra y por su gracia (y salero), el Ave a Sevilla, Magdalena lo trajo a Málaga.

Manué no se lo tomó mal, ni otros muchos pasajeros, pero claro, alguno entendió que por muy bonito que fuera aquello, era juego sucio y rastrero. Ahora, algo más de un año y medio después, la Junta Electoral ha impuesto una multa a Magdalena Álvares por la utilización del Ave para hacer campaña. 660 euritos que tendrá que pagar Magdalena. Y seguro que lo hará de buena gana. Cualquier campaña medianamente bien preparada habría costado diez veces más que esa chapuza que, al fin y al cabo, le hizo el avío.

Que Magdalena no es tonta, no como se creen los catalanes. Es una pena tenerla tan lejos, allí en Bruselas, cobrando sin pagar impuestos como parlamentaria europea. Maleni ha sido la madre de Málaga en el Gobierno, y ahora Pepiño no nos quiere. Maleni nos ha dejado huérfanos. "¡Vuerve Maleni!" se sigue lamentando Manué por Mangas Verdes.

José Tomás, ¿o nada?

José Tomás nos abandona. Desde su vuelta a los ruedos, aquel mágico 17 de junio de 2007 en Barcelona, no ha faltado a Málaga ni en Feria ni en Resurrección. En la próxima Pascua, tendremos que digerir la última procesión con otro cartel que no estará formado ni por Manzanares ni por Tomás, que prefieren el azahar sevillano al salitre malaguetero. ¡Traidor! Que no hombre, que es broma. Málaga, gracias al de Galapagar había vuelto al escenario taurino nacional.

Pero claro, no todo dura para siempre. Esta relación ha acabado, José Tomás se ha ido con otra, según dicen, más alta, más guapa, más lista... El niño tiene que dejar la teta y el biberón y volar solo, crecer. Eso es lo que necesita Málaga. Tras dos años de Resurreción (en todos los sentidos) la empresa se las ve ante el dilema de saber si la ausencia de José Tomás se llevará a mucha gente de la plaza.

Con la noticia del abandono del torero más mediático, alguno ha dicho ya eso de "Tomás o nada". Es indudable que el de Galapagar había devuelto a los malagueños la ilusión a ir a La Malagueta después de siete días de procesiones, madrugones y trasnoches. Pero como muchos otros, me da a mi que los asistentes a las corridas en Málaga se mueven, en gran número, por las modas... ¿público, afición?

Ahora en vez de llorar por la marcha de Tomás hay que ver el mundo de posibilidades que se abre. Repartir el pastizal que se llevaba un solo torero entre toros y toreros. Perera, Cayetano, Morante, Castella... Si la empresa quiere seguro que puede volver a llenar, más aún si el Ayuntamiento exige una buena corrida picassiana el Sábado Santo. En Fitur saldremos de dudas. Todavía quedan dos meses, pero eso se pasa en un suspiro.

El efecto que se esperaba de la causa

Cuando Magdalena Álvarez anunció que 'nos robaba' a Salvo para llevárselo al Ministerio de Fomento a nadie le extrañó, porque a nadie se le escapaba que Enrique Salvo Tierra era uno de los puntales del Partido Socialista en Málaga, la mano derecha de una Marisa Bustinduy venida a menos. Además, ya tenía la experiencia como delegado de Obras Públicas y Transportes de la Junta.


Salvo es un político con carrera, que no es lo mismo que un político de carrera. Pese a haber nacido en Algeciras, este malagueño de adopción de 52 años es doctor en Ciencias por la Universidad de Málaga. Lo que es seguro es que sabrá llevar con rigor, compromiso y entrega a Málaga la oficina del Metro de Málaga. No hay que ser socialista militante para creer en que el 'sustituto' de Urkijo viene a dejarse la piel por un proyecto que va mucho más allá de izquierdas y de derechas.

El 'guerreo' de Urkijo ha dejado en estos años un trabajo avanzado y bien hecho. Al nuevo responsable le tocará resolver la dificilísima papeleta de la entrada de las máquinas en la Alameda y el Parque, o la resolución de algunos aspectos sobre las líneas 1 y 2. Pero claro, no todo van a ser lisonjas y loas por el nombramiento, que todavía resuenan algunos tiros que le salieron por la culata a Salvo.

Su nuevo cargo no tiene que ver nada con las falsas acusaciones que él y Bustinduy arrojaron contra el Alcalde por beneficiar a su madre. Ahí está la condena, aunque eso no significa que le invaliden para desarrollar acertadamente su nuevo cargo. Me da que la bancada socialista del Ayuntamiento de Málaga aún no ha digerido muy bien su marcha, y muchas veces se le echa en falta en los plenos.

¡Una prótesis para La Manquita!

¿Se quejaría Cervantes si llegara un señor y le propusiera implantarle una prótesis y recuperar la extremidad perdida en la batalla de Lepanto? No creo. Sin embargo, nuestra pequeña Catedral anda manquita desde hace siglos y nadie, pese a los adelantos técnicos, ha tenido a bien ponerle una prótesis. Se ha hablado de llevar a cabo proyectos ilusionantes, proyectos estúpidos, proyectos irrealizables, etcétera. Quizá el más estrambótico de todos fuera aquel que pretendía proyectar un holograma que, por las noches, hiciera parecer que la Catedral estaba terminada. Interesantísimo.

El presidente provincial del PP, Elías Bendodo, ha salido ahora con uno de esos proyectos recurrentes, como el embovedamiento del Guadalmedina, el soterramiento de Cánovas o el intercambiador de la Marina. Proyectos, todos estos, que salen a la palestra cada cierto tiempo para descargar un poco el ambiente intelectual y elitista de la clase política y así acercarse un poco más al ciudadano... Es necesario, dice Bendodo, abrir un debate para que los malagueños decidan si desean finalizar la Catedral.

Quizá sería necesario que los malagueños, antes de nada, conocieran que la Catedral no sólo está manquita, además no está completa en su planta. Finalizar el primer templo de la ciudad supondría, además, acabar las sacristías. Según se pude observar, tanto en los planos primitivos como en la propia fisonomía de la Catedral, en Cortina del Muelle falta una segunda sacristía que, probablemente, llegaría prácticamente a tocar la pared del edificio de la Telefónica. ¿Un poco atrevido, no?

Finalizar la Catedral no debe suponer un trauma para la ciudad. Se trata de terminar lo inacabado, se trata de hacer definitivo lo provisional. Que uno de los símbolos de la ciudad sea un edificio inacabado es, cuanto menos, para pensar que estamos un poco tocados del ala. Son muchos ejemplos de templos finalizados con el paso de los siglos, y no es ningún trauma. No nos vayamos muy lejos, El Pilar de Zaragoza se terminó en los años 60.

Sin embargo, lo que más me extraña de toda esta historia es que sea ahora, en plena crisis, cuando Bendodo proponga el debate. ¿No habría sido más interesante hacerlo en pleno pelotazo urbanístico? Seguro que alguna promotora constructora habría entrado en el concurso pretendiendo hacer ahí arriba unos 'atiquitos' curiosos. Ahora, con la crisis de la vivienda de primera construcción nos tendremos que conformar con una torre que sólo sirva para tocar campana. Qué pena no aprovechar las grandes oportunidades.

En definitiva, que la Catedral tenga su segunda torre y, a la vez, se complete la balaustrada y todas las esculturas supondrá una importante inversión, que no es lo mismo que un gasto. Saldrán voces, igual que salieron cuando se arreglaron las cubiertas, que vean innecesario que la Junta o el Ayuntamiento sufraguen estas obras, yo creo que es necesario que sean las instituciones las que culminen un proyecto que, más allá de un edificio religioso, es el emblema de una ciudad.

Boabdil y el olivo moribundo

Cualquier asociación defensora de la dignidad de la mujer debería centrar ahora sus esfuerzos en borrar de todos los libros de historia, de todas las leyendas y, en general del imaginario colectivo, la frase que Aixa, la madre de Boabdil le dijo a su vástago tras ser expulsado de Granada por los Reyes Católicos. ¿Por qué? Porque ya puestos, repongamos el honor del rey moro en todo su esplendor. La Ley de Memoria Histórica debería, incluso, quitar la estatua de Isabel la Católica del centro de Granada. Ya en serio, las instituciones no deben permitir según que atrocidades históricas.

Todo esto viene a colación de la decisión, aceptada por la Junta de Andalucía, de despojar de sus cadenas al rey preso en el escudo de Canillas del Aceituno. Eso tan cacareado de “el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirlo” se hace patente. No se trata de temer que vuelva Tarik por el Estrecho, y si vuelve, vivediós, ahí está el avance cultural y patrimonial que nos trajeron a partir del 711. La guasa del asunto estriba en que tenemos unos representantes que con tal de ser los menos xenófobos, los más plurales y los más guays son capaces de hacer el ridículo hasta límites insospechados. Además, se junta con que yo no soy amigo íntimo de lo políticamente correcto, al menos cuando eso te hace convertirte en un inculto.

Si el pobre de Boabdil fue apresado… pues mireusté, es la historia, y si su pueblo hace 500 años vio conveniente reflejarlo en su escudo, es lo que hay. Alguna hipotética asociación de amigos del aceituno y el olivo debería levantarse en armas ahora. El mismo escudo de Canillas representa una sangrante falta de ética y amor hacia esta bella especie autóctona andaluza. ¡El olivo tiene las raíces al aire! ¡Se van a secar! Ignacio Narváez, buen amigo e historiador en ciernes, cae en la cuenta de semejante desfachatez. ¿Cómo es posible que Boabdil sea desencadenado y nadie eche una bolsita de compost? Un poquito de piedad con el arbolito.

Sí, definitivamente tengo que caer en otro de esos lugares comunes en los que acabamos los escritores mediocres: el sentido común es el menos común de los sentidos. Ahora retomo con el principio. Aixa, la madre de Boabdil sería hoy blanco de las iras de todas las comunidades feministas, y reprobada por toda la progresía tras profesar a su hijo eso de: “Llora como mujer lo que no supiste defender como un hombre”. Qué locura, que alguien esconda eso, por Dios. ¿Cómo puede pervivir un ejemplo de machismo tan determinante como ese? Debe ser exterminado del imaginario colectivo de inmediato… Y claro, así nos luce el pelo. Cada día estoy más por convocar un concurso de chorradas, lo difícil sería escoger la más grande.

Jesucristo en el cine

PUBLICADO EN YMALAGA.com

No es Cristo, precisamente, uno de los protagonistas principales de la película que es nuestra vida diaria. Para algunos es un personaje secundario, un relleno para escenas puntuales; para la mayoría es un simple productor; alguien a quien pedir, aunque a veces ni aparezca en los títulos de crédito. Decía hace unos días Federico Cortés, párroco de Los Mártires, que es importante que pidamos, pero tanto más importante es que devolvamos algo a ese al que le pedimos.

Alfonso Méndiz es uno de los profesores que con más cariño recuerdo. Hace más de cinco años desde que me dio clase pero, ¡gracias Internet!, no he perdido el contacto con él. Además del correo electrónico, el facebook, lo último que descubrí fue su blog (http://jesucristoenelcine.blogspot.com). Una muestra que mezcla dos de las grandes pasiones que siempre le he conocido: Jesús y el cine. Bueno, y la publicidad, que para eso se dedica a enseñar sobre ella.

Ahora ha escrito un libro, precisamente con el mismo título de su blog ‘Jesucristo en el cine’. Mejor dicho, ahora lo ha publicado, porque Alfonso lleva más de dos años trabajando en ese gran proyecto que, según sus palabras, es su libro más personal. Tiene otros títulos publicados sobre cine y publicidad, además colabora con una revista de cine FilaSiete, y sobre todo, en sus clases da pública protestación de su amor al cine.

Con la llegada de los terremotos en forma de libro (El Código daVinci y demás seguidores), o películas (la adaptación del best-seller de Dan Brown o La Pasión, dirigida por Mel Gibson), muchos llegamos a la misma conclusión que Alfonso: Jesucristo interesa. Interesa la imagen de Jesús como personaje histórico y, por ende, su aportación al pensamiento occidental. La idea de Redentor atrae mucho más de lo que se quiere transmitir en los medios de comunicación, pero Internet no calle y es libre. Y hay rincones para todo y para todos. Aunque no abunden, el rincón de Alfonso Méndiz es un lugar que no hay que dejar de visitar.