A vueltas con El Rocío

"Está claro que a esta nuestra ciudad fenopúnica, griega, romana, nazarí, cristiana, anglo riojana y sabe Dios cuántas procedencias más anda tan sobrada de historia como falta de tradición", Salvador Moreno Peralta dixit. Hasta ese punto, las primeras líneas de esta entrada del blog del arquitecto malagueño, nada que reprochar. Una verdad como un templo. Lástima que al mozo se le vayan los guarros y acabe divagando sobre su verdad rociera.

No soy un gran rociero, simplemente conocí la aldea hace apenas dos años y me di cuenta de que más de la mitad de la crítica que se lanza contra El Rocío es puro sensacionalismo y catetez. Catetez, si señor. Lo fácil sería comenzar atacando de una forma pueril la obra del arquitecto malagueño, pero me parece de tan sobrada calidad, que concluyo en que no tiene sentido mezclar al buen arquitecto con el irrespetuoso y liberticida opinador.

"En Málaga podríamos decir, no sin ironía, que su constante es el cambio". Más cosas buenas al saco. ¿Y? Si la constante de Málaga es el cambio, ¿ha de ser eso malo? ¿sólo se puede cambiar en la dirección del viento que marcan los lobbys intelectuales que conforma la alta alcurnia de la sociedad malagueña? Qué equivocados. Desde el punto y hora que alabamos UN cambio y no todos, nos convertimos en eso, lo dicho, catetos de tomo y lomo. Con boina y bastón.

No puedo, por más que leo, encontrar otro trasfondo que la envidia a las siguientes palabras dirigidas a "otras ciudades de nuestro entorno, bellísimas, sí, pero atenazadas por el ensimismamiento y la autocomplacencia, como si todo les viniera ya dado por la existencia de un pasado esplendoroso". El malagueño es, por antonomasia y definición, un eufemismo en sí cuando se trata de hablar de "otras ciudades de nuestro entorno". Parece que se nos vayan a caer los dientes o nos vaya a provocar una severa piorrea decir Se-vi-lla. Ya está bien de comparaciones desde la medianía. Es imposible comparar a la capital económica de la España colonial con la capital económica de la Andalucía actual. Agua y aceite.

Continúa el opinador con que "muchos malagueños no parecen ser conscientes de eso y se enrocan en la nostalgia de un pasado que la ciudad nunca tuvo y, en vez de elaborar un modelo propio de modernidad [...] se dedican a copiar costumbres de otros lugares con la fe del converso". La fe del converso rociero es la misma fe del converso vanguardista que se empeña en que Málaga tiene que ser como él quiere. ¿Qué modelo de modernidad es ese del que habla? ¿el suyo? ¿es el modelo de ciudad del señor Moreno más válido que el de los señores rocieros? ¿acaso es incompatible ser rociero con tener un modelo de modernidad en la ciudad? Pura retórica, triste generalización, vaga defensa de unas ideas que no encuentran acomodo en la cabeza de un neo-rociero malaguita.

Echa más leña al fuego el arquitecto asegurando que tiene algo en contra de los rocieros. ¡Oh! Un día fue a pedir un préstamo al banco y le dijeron que el director estaba dos semanas en El Rocío, "con un par de santos cojones". Imagino, pues, que el opinador estará tan en contra de El Rocío como de la Navidad, la Semana Santa y el mes de agosto. Mes de agosto que muy probablemente se chupe el señor director de la sucursal de su banco por utilizar libremente y como le sale de sus "santos cojones" prever sus vacaciones. Estar en contra de El Rocío por un episodio de este calibre no deja de ser una actitud pueril. ¿Acaso no puede el director de la sucursal de su banco utilizar sus vacaciones libremente?

Y ya, por fin, entramos en el argumento total, en algo que debería suponer el fin de los rocieros malagueños. "La paz sabatina de esta ciudad fue violentamente perturbada por la caravana de rocieros locales, que a golpe de tamborrada y cohetería anunciaban a los cuatro vientos desde sus carretas de monstruos de feria con aire acondicionado algo así como "ahí os quedáis, que nosotros nos vamos de juerga mística".". Y llega a afirmar que todo esto es una "secta lúdico religiosa" y con el colmo del respeto se pregunta por qué "se cree con el derecho a ser escoltada por la policía municipal, a cortar el tráfico y a (atención) molestas al resto de malagueños". Puro respeto y pura libertad.

"No hay quien pueda con esta creciente ola de catolicismo chiíta" y defiende que por un "elemental respeto constitucional" el año que viene se abstengan de pasar por la Red Básica de la ciudad. Eso sí que es una lección de respeto constitucional a la libertad de expresión de cada uno. A poco que le guste la Semana Santa, la cabalgata de Reyes, el Carnaval, la media maratón o la carrera de El Corte Inglés, estará tirándose piedras contra su propio tejado. Esto no hay por donde cogerlo. Yo no creo que una crítica a El Rocío con esos argumentos llegue a ningún lado, pero, ¿estamos perdiendo la cabeza?

Parece que la "paz sabatina" sólo existe el día que salen las carretas para El Rocío. ¿Se enfadará el martes Moreno Peralta por la salida de la Virgen de la Victoria? ¿Será eso una nueva expresión de "catolicismo chiíta"? A lo mejor no entra en el modelo de modernidad de Moreno Peralta sacar a la Patrona de Málaga por las calles de la ciudad. Quizá eso sea poco moderno...

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