Una despedida, un saludo

Nunca llegué a despedirme de Ymalaga. Sin duda no fue por falta de ganas, sino de tiempo. Ahora, acomodado en la redacción de EL MUNDO de Málaga, con las maletas a medio deshacer (después de 20 días) y haciéndome a dormir de nuevo en la cama que me acogió más de 22 años, he decidido que Churumbelerías tiene que seguir adelante.

El blog que nació en Ymalaga para mantener un nexo de unión con mi Málaga, la que yo había vivido y no quería olvidar, tuvo que quedarse ahí por incompatibilidad. Sin embargo, algun que otro lector (dos o tres a lo sumo), me decía que a ver si escrbía de nuevo. Aquí estoy.

Obviamente, ahora lo que toca es hablar de Málaga en verano; volver al costumbrismo, esas escenas playeras de limpiadores de paellas, cenadores de 120 metros cuadrados... Ni que decir tiene que este verano Bernardino León Gross tampoco podrá dormir tranquilo pensando en lo que se le viene encima, o que Paco de la Torre necesita que Málaga le demuestre su cariño para presentarse de nuevo. Políticos...

Mientras tanto, como ya sabéis y aunque esté trabajando, se pasarán los días entre cañas en Al Volapié, copas en Pedregalejo, 'trivials' en el Rincón o espetos en El Palo. Mañana por la noche, a partir de las 23:30 habrá que felicitar a la 'Carmela' en su casa, en el Perchel, y esperar a que el jueves la paleña y la Virgen de Pedregalejo se peguen el primer baño y, por fin, podamos remojarnos como los antiguos. Con las aguas bendecidas.

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